viernes, 29 de enero de 2010

Enfermo

Estoy enfermo:

Mi cuerpo no puede parar,

Mi mente quiere volar

Y mi espíritu es indomable.

Mis sentidos son insuficientes,

Mi imaginación es infinita

Y mi curiosidad insaciable.

Mi corazón está loco

Mi amor es puro

Y mi pasión incansable.

Mi razón se equivoca

Mi cordura es temporal

Y mi locura perceptible.

Estoy enfermo de juventud.

eneka

domingo, 24 de enero de 2010

Ojalá

Ojalá vivieses en mis ojos

Para verte siempre que miro.

Ojalá vivieses en mi boca

Para unirnos en un beso infinito.

Ojalá vivieses en mi olfato

Para sentir tú esencia cuando respiro.

Ojalá vivieses en mis oídos

Para que todo suene como tu sonrisa.

Ojalá vivieses en mis manos

Para que todo tenga el tacto de tu piel.

Ojalá siempre vivas en mi memoria

Y seas dueña de mis recuerdos.

eneka

viernes, 22 de enero de 2010

Quiero


Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,
hoy podés contar conmigo.

Sin condiciones.

Jorge Bucay

¡Oh Capitán, mi capitán!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro espantoso viaje ha terminado.
La nave ha salvado todos los escollos,
hemos ganado el anhelado premio.
Próximo esta el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero te aclama,
Siguiendo con tus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave.
Mas, ¡ay! ¡oh corazón!, ¡mi corazón!, ¡mi corazón!
No ves las rojas gotas que caen lentamente,
allí en el puente, donde mi capitán yace extendido, helado y muerto?

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, ¡levántate para escuchar las campanas,
Levántate! Es por ti que izan las banderas, es por ti que suenan los clarines.
Son para ti estos búcaros y esas coronas adornadas;
Es por ti que en las playas hormiguean las multitudes;
Es hacia ti que se alzan sus clamores, que se vuelven sus almas y sus rostros ardientes.
¡Ven, capitán! ¡Querido padre! Deja pasar mi brazo bajo de tu cabeza.
Debe ser sin duda un sueño que yazca sobre el puente,
extendido, helado y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios siguen pálidos e inmóviles.
Mi padre no siente el calor de mi brazo, no tiene pulso ni voluntad.
La nave, sana y salva, ha arrojado el ancla, su travesía ha concluido;
La vencedora nave entra en el puerto, de vuelta de su espantoso viaje.
¡Oh playas, alegraos; Sonad campanas,
Mientras yo con doloridos pasos
recorro el puente donde mi capitán yace,
extendido, helado y muerto.

Walt Whitman

jueves, 21 de enero de 2010

Queda prohibido

Increible poema, que ni es de Neruda, ni está completo el que suelen vendernos...

¿Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.

Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.

Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.

Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.

Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.

Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.

Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

Alfredo Cuerva Barrero

lunes, 18 de enero de 2010

Te quiero, madre

No te apures, madre,
no tengas miedo a quedarte solita
ya por más noches,
que aunque me vaya de fiestas
y venga borracho y tarde,
está toda tu casita
llena de duendes amantes
que mi espíritu ha "dejao"
para que te cuiden, madre.
Madre, cuántas noches he "llorao"
por no saber quererte,
por no saber dominar mi genio,
por no darte un bese cuando llego,
por no acariciarun poco más tus manos
por no hacerte reír y a veces llorar.
Llorar sí te he hecho, ¿verdad, madre?
Madre, !cuantas noches he "llorao"
por no saber quererte!

Manolillo Chinato (Amor, rebeldia, libertad y sangre)

domingo, 17 de enero de 2010

Orgullo

"Sí, todo me lo quitaréis, el laurel y la rosa. Lleváoslos, pero me queda una cosa que llevo. Y esta noche, cuando entre en la casa de Dios, brillará intensamente mientras diga mi adiós algo que, inmaculado, meceré en un arrullo, y me lo llevaré para siempre; y es.... mi orgullo".

(Cyrano de Bergerac)

Cuantas veces no distinguí entre cabezonería y orgullo, cuantas veces perdí por miedo a no reconocer que lo necesitaba, cuantas sufrí por no doblegarme ante voluntades, cuantos pasos di sin intención a retroceder…

Hay tantas frases sobre el orgullo, unas las sitúan como virtud, otras como la peor decadencia para el hombre. No sé con cual quedarme.

Por un lado me ha traído problemas, y es que desde niño no supe cerrar la boca y someterme a lo que no me parecía justo, por suerte supe equilibrarlo con un gran respeto a todo y todos, sobre todo a mi madre, quien no quiere a su madre, no quiere a nadie.

Por otro, me ha convertido en quien soy, no una persona orgullosa que no sabe cuándo se ha equivocado, pero si una persona con opiniones propias y que no se puede mantener indiferente a las cosas que le rodean, creo que la indiferencia es la mayor ignorancia. Pero esto no me convierte en alguien frio, no tengo miedo a llorar, no m siento débil por hacerlo, sino sincero.

De niño en el colegio, lance una maqueta por la ventana, de la que me sentía muy orgulloso y que me llevo un curso terminarla, solo por la insinuación de un profesor de que no la había hecho yo. En el instituto me salió caro cada día de clase, encararme a una “profesora” cuya inestabilidad parecía justificar su continuidad como docente. Y en la facultad, siempre odie sentirme un número más.

¿En que nos convierte el orgullo?... tal vez sea cierto, y el orgullo sea el culpable de la mayoría de nuestras estupideces, pero tal vez también sea cierto que un hombre sin orgullo, no es un hombre, es un memo.

Así, que me quedo con las palabras del crítico Churton Collins, “aunque el orgullo no es una virtud, es padre de muchas virtudes”.


Y aun te queda por escuchar lo que no digo...

sábado, 16 de enero de 2010

Si Dios...

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.